Deslinde y subsanación gráfica de un diseminado

Tras varios años de trámites infructíferos ante catastro y conflictos con los vecinos, debido a una posible compraventa se ponen en contacto los propietarios de la siguiente propiedad, la cual consta en la cartografía catastral como una casa y una piscina sobre un hueco en la cartografía, ya que no existe la parcela correspondiente al terreno del inmueble.

Lo primero es revisar la documentación disponible hasta la fecha y recopilar todos los trámites ante catastro. Resulta que los propietarios habían encargado el trabajo a un técnico no competente en este ámbito, pretendiendo modificar la cartografía catastral con una línea de más de un metro de grosor dibujada sobre una imagen aérea oblicua, que además invadía las parcelas colindantes y dejaba fuera parte de la propiedad.

Una vez identificado el problema se procede a realizar el trabajo con algo de mediación: con los titulares colindantes presentes, se mide el perímetro exterior de la parcela para obtener las coordenadas de los vértices. Con estas coordenadas, se elabora un acta de deslinde firmada por todos los vecinos para poder dar de alta la parcela en catastro e inscribir la representación gráfica en Registro de la Propiedad y así poder declarar la obra nueva por antigüedad sobre ésta, desbloqueando la venta que no podían realizar por no coincidir la realidad física con la realidad jurídica y fiscal.
